La función
docente se halla en continua evolución. Los nuevos roles que se proponen desde
la reflexión y el análisis pedagógico está determinado por la evolución de los
sistemas educativos, que desarrollan reformas en la enseñanza para adaptarse a
la sociedad actual. Estas reformas implican nuevas tareas, especializaciones y
competencias de los docentes.
Son muchos
los factores de cambio que inciden en la necesidad de cambio de la función
docente. Entre ellos la explosión escolar, la irrupción de los medios de
comunicación, la acelerada evolución de la sociedad, los avances científicos y
tecnológicos y las nuevas corrientes pedagógicas.
La
educación es considerada como la principal inversión de futuro. Por ello se han
ampliado (en algunos países) la escolaridad obligatoria, además, se han
diversificado los niveles y ha aumentado la exigencia de especialidades y
especialistas; y se ha ido prestando una atención cada vez más creciente a la
formación profesional para disponer de unos técnicos de los que existe una gran
demanda en el mercado de trabajo.
La
irrupción de los medios de comunicación
Si el
docente no quiere quedarse anticuado, tiene que replantearse su trabajo y
aprender a utilizar nuevos medios. Esto implica la intervención de los poderes
públicos para dotar a los centros de medios computarizados y audiovisuales.
También es necesario incidir en la formación inicial de los futuros docentes y
en el incremento de la formación permanente y el reciclaje para que los centros
educativos y los docentes no queden obsoletos.
La
evolución de la sociedad
Esta
evolución, se ha manifestado en las estructuras institucionales y en su forma
de organización de la convivencia y de los modos de producción y distribución,
todo esto ha supuesto un cambio en las formas de pensar, sentir y actuar de las
nuevas generaciones de alumnos y alumnas. No cabe duda de que la educación y la
labor docente, se ha vuelto más difícil y compleja con los alumnos y alumnas
actuales y de los problemas de convivencia, de disciplina, de inadaptación.
Avances
científicos
El
incremento y el cambio del conocimiento científico y tecnológico, de los
productos del pensamiento, de la investigación y la innovación y de la cultura
y del arte en las comunidades sociales deben incorporarse al currículo. Lo que
implica una gran responsabilidad por parte de los centros educativos, los
gobiernos, los ministerios de educación, pero también de los docentes que, como
principales responsables de la educación, deben participar en la toma de
decisiones curriculares a todos los niveles.
Las
nuevas corrientes pedagógicas.
Estas
nuevas corrientes implican un desarrollo del conocimiento profesional del
docente, de carácter psicopedagógico y didáctico, que le capacite para
intervenir, experimentar y reflexionar sobre su propia práctica, sobre los
proyectos educativos de su centro y, sobre los marcos educativos y curriculares
que cada país intenta desarrollar.
Es evidente
que el rol y las funciones del docente deben cambiar al mismo ritmo que la
propia sociedad y que, tanto en los modelos de formación inicial como en los de
formación permanente, deben introducirse progresivas reformas que caractericen
al docente actual. No se debe olvidar que el papel del maestro o profesor como
monopolizador del saber y como transmisor de conocimientos está no solo en
declive, sino obsoleto.
El
nuevo Docente
La tarea
del profesor debe dirigirse fundamentalmente hacia el alumno/alumna y su
desarrollo personal y social, y esto hace que su labor se complique y
diversifique.
El docente
debe actuar de mediador en el proceso de aprendizaje de los alumnos; debe
estimular y motivar, aportar criterios y diagnosticar situaciones de
aprendizaje de cada alumno/alumna y del conjunto de la clase; debe ser
especialista en recurso y medios, clarificar y aportar valores y ayudar a que
los alumnos/alumnas desarrollen los suyos propios; también debe promover y facilitar las
relaciones humanas en la clase y en el centro, y, a partir de cierta edad del
alumno/alumna ser su orientador personal
y profesional. La complejidad de la tarea escolar le obliga a especializarse.
No es
fácil caracterizar al docente actual. Más bien debemos hablar de cualidades
generales que deben poseer los buenos docentes y de otras características
propias de su especialización según el nivel en donde se desenvuelve, tipos de
alumnos/alumnas y ámbitos del conocimiento.
El sistema
educativo en el mundo moderno requiere un profesorado con un alto grado de
capacidad de actuación autónoma, que sepa diagnosticar la situación del aula y
de cada alumno/alumna, el ritmo de desarrollo y aprendizaje, las peculiaridades
de los procesos didácticos y las exigencias del conocimiento académico
disciplinar e interdisciplinar, y que al mismo tiempo sea capaz de incorporar
las demandas sociales a los programas educativos. Debe conseguir el equilibrio
entre la comprensión y la atención a las diferencias individuales dentro del
aula, así como eliminar o superar cualquier brote de discriminación por motivos
de raza o de sexo.
La
educación del ciudadano del futuro depende en gran medida de la existencia de
buenos centros educativos y buenos profesionales de la educación. Ahí radica
gran parte de la demanda de la calidad de la Educación.
No se debe
olvidar que el educador actúa en un medio complejo, en un escenario psicosocial
vivo y cambiante, definido por la interacción de múltiples factores y condiciones
internas y externas al aula y al centro escolar.
La
docencia exige de los profesores el conocimiento de las teorías y estrategias
pedagógicas que permitan desarrollar procesos enriquecedores de aprendizaje
significativo, favoreciendo la motivación y el esfuerzo del alumno/alumna.
Una
docencia adecuada debe conducir al alumno/alumna a la adquisición de una
información básica, además de procurarle una progresiva autonomía en la
adquisición de conocimientos, en el desarrollo de la capacidad de reflexión, la
utilización de instrumentos y lenguajes especializados, de documentación, de
fuentes de información y de conocimientos básicos.
Es
importante utilizar diferentes situaciones de aprendizajes. Parte importante
del esfuerzo del profesorado se tiene que centrar en la dinámica del aula,
facilitando la comunicación, la atención, la discusión y la capacidad de
sugerir propuestas y alternativas, desarrollando ejemplos y casos para entender
y clarificar los temas y cualquier otra cuestión del proceso didáctico.
El docente
debe provocar procesos de aprendizajes interesantes para los alumnos/alumnas,
por supuesto, según el nivel educativo, estas acciones se desarrollarán con
diferente amplitud e intensidad y con matices que sólo el docente, conocedor de
sus alumnos/alumnas, puede producir.
Para
mejorar su tarea docente, tiene que contrastar continuamente sus opiniones y
sus tareas con la de los compañeros y con las evidencias de una reflexión
rigurosa de su trabajo.
La
actividad del educador no se puede regir por la rutina, la simple imitación o
la aplicación mimética de teorías, estrategias y técnicas que otros han
elaborado o empleado, sino que, debe tener su propia concepción, ya que cada
centro escolar y aunque es necesario que conozca las principales teorías de aprendizaje
y el dominio de las técnicas, fruto de la investigación y la experiencia de
otros profesionales. La investigación y la reflexión sobre su propia práctica
es lo que ha de impulsar su mejora profesional.
Es muy
importante que los maestros y profesores tengan en cuenta – y apliquen - los procesos de evaluación inicial y
formativa de los alumnos para comprender y perfeccionar sus clases y, en
definitiva, la práctica educativa en general.